Nº 99 “MEMORIAS DE RONDA” – ARRIEROS DE LA SERRANÍA
Y vamos a concluir esta serie de cuatro episodios, dedicada a personajes propios, singulares y legendarios de la Serranía de Ronda, especialmente relacionados y claramente identificativos de nuestra tierra, como son el bandolero, el contrabandista, el guerrillero y ahora puede que sea el más humilde de todos, pero el más querido, por su duro y penoso trabajo, pero que humanizaba y llenaba de alegría los caminos con sus recuas y acercaba las mercancías de un pueblo a otro, a veces cercanos y otras muy distantes, pero orgulloso de su oficio y de su cata. Vamos a hablar de los arrieros en la Serranía de Ronda.
Se trata de un oficio antiquísimo y que todavía hoy sigue existiendo en la Serranía rondeña y el Campo de Gibraltar, especialmente en la saca de las corchas por la dificultad que entrañan nuestros montes para acceder hasta los alcornocales con vehículos a motor. Paradójicamente este inconveniente es el que hace posible su pervivencia en el tiempo y ojalá sea todavía para muchos años más.
El trabajo del arriero ha consistido en transportar cualquier tipo de mercancía a través de recuas de bestias de cargas, una tradición que comienza a disminuir en el último tercio de siglo XIX, primero con la llegada del ferrocarril y después, con la aparición de los vehículos de motor y la construcción de carreteras de asfalto. No obstante, la arriería en general pervivió en nuestra Serranía hasta bien entrado el siglo XX, hasta que se generalizaron las carreteras para conectar los numerosos pueblos de nuestra Serranía. El retraso que sufrió nuestro territorio por la tardía llegada de la modernidad, arrinconada y aislada, a favor de otras regiones más fáciles de comunicar, motivó que la arriería perviviera mientras que por otros lares lentamente iba desapareciendo.