En el episodio anterior, terminamos hablando de los, distintos Señoríos que se crearon en Ronda tras la Conquista Castellana. Seguimos con este periodo.
Con la creación del Obispado de Málaga, en el que se integró toda nuestra zona, incluyendo la Serranía de Villaluenga, se crearon a lo largo del siglo XVI una serie de Parroquias por toda la Serranía. Con Carlos I, ante el levantamiento de las Comunidades, Ronda permaneció fiel al Rey. Ya con Felipe II, se produjo el levantamiento definitivo de los moriscos, en 1568, que en nuestra Serranía tuvo su escenario principal nuevamente en Sierra Bermeja y en el Valle del Genal, de donde huyeron aterrados los repobladores.
Ya en el siglo XVIII, según el Catastro de Ensenada, Ronda y la Comarca era la mayor productora de ganado del Reino de Granada, y a su vez triplicó su población.
La época liberal se inicia en 1778, año en que se decreta la libertad de comercio con las colonias, y su final puede establecerse en 1868, cuando se consolida la revolución burguesa. De una Andalucía señorial, dominada en lo político y económico por la nobleza titulada, se pasa a la Andalucía de los señoritos, que engloba conjuntamente a la vieja nobleza y a los terratenientes burgueses. Es la época donde se fragua también la imagen típica y tópica de Andalucía, en la que Ronda adquiere un gran protagonismo, por la imagen que fueron construyendo los viajeros, ilustrados y románticos que al visitarla la mitificaron.
La acción abolicionista de los Señoríos parte de las tropas invasoras francesas, disponiendo Napoleón, por el decreto de Chamartín de 1808, que quedaban abolidos los señoríos de las zonas ocupadas por los franceses, lo que supuso la hostilidad manifiesta de la nobleza. La obra reformadora de las Cortes de Cádiz en 1812 sería la piedra angular en la crisis del Antiguo Régimen español. Cabe destacar en ella la presencia de D. Francisco Garcés y Varea y de D. Juan Salas como diputados por la Serranía de Ronda.