En el episodio anterior hablamos de cuando Colón llega al Convento franciscano de la Rábida y es acogido con afecto y gran interés por los monjes Antonio de Marchena y Juan Pérez, algunos historiadores dicen en 1483 y otros en 1485, sea cuando fuere Castilla ya estaba inmersa en la Guerra de Granada para conquistar el último reino musulmán de la península.
Mientras Colón permanece en el monasterio de la Rábida y, antes de marchar a Córdoba para procurar entrevistarse con los reyes, se produce la conquista cristiana de Alhama (1482), el fracaso de la conquista de Loja (1483), la conquista de Zahara (1483), de Álora y Setenil (1484), Coín y Cártama (1485) … antesala de la primera conquista más ambiciosa de una de las ciudades más importantes del reino nazarí, la fortaleza de Ronda (1485).
Debido a los numerosos conflictos en los reinos de Isabel y Fernando, la corte siempre estaba moviéndose, itinerante allí donde había que centrarse en la solución de los problemas, eran muchos los frentes abiertos, a los que los reyes siempre plantaron cara y procuraban buscar solución. Esta itinerancia de la Corte le complicaba a Colón el poder entrevistarse con los reyes.
Una desafortunada incursión castellana por la Axarquía malagueña, hizo que buena parte de la nobleza andaluza cayese en una emboscada, pereciendo no pocos de aquellos caballeros, siendo apresados un buen número de ellos por el Zagal, hermano del emir, Muley Hacen, esclavizados una buena parte de las huestes cristianas en Ronda como cautivos para subir el agua desde la Mina del Tajo hasta la ciudad en lo alto, a través de zaques, por la escalera secreta de la Mina de agua.
En 1482 Boabdil, como decimos, derrocó a su padre y se convirtió en sultán de Granada, pero, al año siguiente, Muley Hacén recuperó el trono. La muerte de Muley Hacén, en 1485, dejó el reino en manos de El Zagal, por lo que a partir de entonces y de forma paralela a la conquista castellana, El Zagal y Boabdil protagonizaron una guerra civil que finalmente vencería Boabdil en 1487, aunque su tío controlaría la parte oriental del reino hasta la conquista castellana.
Es precisamente en la campaña guerrera que se inicia en 1485, cuando comenzaron a acometerse los sitios y asedios más duros y difíciles de la guerra, entre los que se encontraba como la gran fortaleza anhelada la ciudad de Ronda. La artillería se convirtió en un arma decisiva para el desarrollo del conflicto bélico, hasta el punto que vino a marcar muchas de las directrices estratégicas y gran parte de los cambios estructurales e institucionales sufridos por los ejércitos de los Reyes Católicos.