“La guerra ha terminado. La represión franquista”.
El 1 de abril de 1939 acabó la Guerra Civil oficialmente, pero con este final no llegó la paz sino la más férrea imposición de los vencedores sobre los vencidos. Este momento señalaba el principio de un largo camino, el de una dictadura que duró hasta finales de 1975 con la muerte de Franco.
Al “terror rojo” le sucede el “terror azul», que vino después de ser conquistada la ciudad. Este sí que estaba planificado y sancionado desde la cúpula del poder. La más alta autoridad militar, al ser conquistada Ronda, ordenó el encarcelamiento, fusilamiento o persecución de los líderes republicanos que no pudieron huir. Muchos presos de guerra fueron confinados a Campos de Concentración, en condiciones extremas, donde expiarán sus culpas a través de trabajos forzados. En Ronda hubo uno que albergó a más de dos mil prisioneros, que primeramente se instaló́ en la Plaza de Toros, y conforme el número de internos iba aumentando se trasladó́ a los terrenos del actual Campamento de Montejaque hasta el final de la guerra.
Como en todos los lugares que iban conquistando las tropas nacionales, inmediatamente se llevaban a cabo Consejos de Guerra sumarísimos, una autentica monstruosidad jurídica, donde se decidían quienes debían ser condenados y quienes absueltos, con un porcentaje predeterminado entre las distintas penas que dictara el Consejo.
Mucho tuvieron que sufrir, Benítez Gómez indica que, en 1939, la dispersión de los refugiados por el levante peninsular de los serranos-rondeños era una realidad. Su distribución se conoce gracias a las “Fichas de Noticias de la Cruz Roja”. A principios de 1939 llegaron procedentes primero del levante peninsular luego del sur de Francia, un buen número de estas fichas con destino mayoritariamente a Ronda, pero también a Montejaque y Montecorto, para que se informase a los familiares de su situación. Hasta tres veces, el 1 de mayo de 1939, el 29 del mismo mes y nuevamente el 6 de julio, la Cruz Roja Internacional rogó al Ayuntamiento de Ronda que hiciera llegar las “Fichas de Noticias” a quienes iban dirigidas. Los que esperaban noticias nunca las recibieron.