Nº 114 “MEMORIAS DE RONDA”–La Guerra Civil en Ronda-Los Comités Revolucionarios
Después del 18 de julio, las zonas de dominio del Gobierno de la República quedaron bajo la influencia real de los partidos obreros y sindicatos, base del aplastamiento de la sublevación. La historiadora Lucía Prieto realiza un interesante análisis sobre estos comités frente populistas, a través de las declaraciones que sus integrantes hicieron, tras su procesamiento, a la justicia militar, en algunas comarcas de la provincia de Málaga, revelando que la gestión política desarrollada a través de estos comités no fue improvisada.
Los Comités Revolucionarios serán los encargados de la gestión política y económica de la retaguardia, que se caracterizó por un casi monopolista ejercicio del poder político en detrimento de las instituciones republicanas y, de esta manera, se puso en marcha un proyecto rupturista con la democracia liberal que hasta ese momento representaba la República, y que encuentra su raíz en años de experiencia y bagaje político curtido en los sindicatos en los años previos.
Esta experiencia adquirida es lo que explica la rápida actuación obrera en Ronda ya la misma tarde del golpe militar. La reacción de centenares de obreros —aunque desarmados— fue inmediata quienes, utilizando repertorios habituales de la protesta popular —suficientemente ensayados en experiencias de movilización en conflictivos anteriores—, amedrentaron a los apoyos civiles e hicieron dudar a las fuerzas de orden público, como es el caso de la actuación de la comandancia de la guardia civil de Ronda, que recibió órdenes tan confusas como contradictorias y adoptó decisiones claramente ambiguas para no implicarse. A lo que hay que sumar e incluso hacer prevalecer la resolución tomada por el alcalde la ciudad, Francisco Cruz, de detener a los lideres derechistas o trama civil del golpe en Ronda, lo que hizo fracasar la insurgencia y desmantelar la movilización de sus adeptos.
Los ayuntamientos, como el de Ronda y otras poblaciones serranas, fueron reemplazados por los comités que reunían elementos de todos los partidos del Frente Popular. Una representación que pretendía, de esta manera, la legitimación del poder revolucionario que encarnaban estos comités.